Wilkie Collins es uno de mis escritores favoritos. La piedra lunar fue una de las novelas que hicieron que me enamorara de la literatura, y gracias a ella conocí la obra de este autor británico, amigo íntimo de Charles Dickens.
Armadale, una sensation fiction sin complejos
En los últimos meses he releído las tres obras más famosas del autor: La dama de blanco, La piedra lunar y Armadale. Las tres se encuentran entre mis novelas favoritas desde que las leí por primera vez hace ya muchos años (incluso alguna década).
De estos tres ases que hay en la baraja de Collins se suele señalar a Armadale (1866) como el menor, quizá porque
tanto La dama de blanco (1860) como La piedra lunar (1868) son más intensas y, al contrario que Armadale, no tienen ningún momento de lentitud. Sin embargo, esta última trata muchos más temas y ofrece un profundo estudio de la personalidad de dos de sus personajes: Lydia Gwilt y Ozias Midwinter.
Hay varios elementos, no obstante, que las tres novelas comparten, como la importancia de las cuestiones legales, de la medicina, del láudano (al que Collins era adicto), de los personajes femeninos ―cuestión esta, quizá, un poco más desdibujada en La piedra lunar―, la narración epistolar y, por supuesto, el hecho de que las tres se englobaron dentro del subgénero sensation novels. Este término (aplicado por primera vez a la obra de Ellen Wood, East Lynne, pero cuyo exponente más temprano se considera que es La dama de blanco) se usaba de forma despectiva en referencia a las novelas de crímenes y misterio llenas de suplantaciones, secuestros, drogas, maldiciones, un profundo estudio de la psique femenina… y en las que la acción transcurría en un ambiente doméstico. En este sentido, Armadale rebosa de todos estos elementos, lo que la convierte en un ejemplo perfecto y desinhibido de sensation fiction.
La pluma de Collins ofrece su sarcástica respuesta a estas críticas peyorativas. En Armadale podremos ver cómo lanza una certera estocada para burlarse de los intelectuales que descalificaban estas novelas.
Argumento
Empezaré diciendo que Armadale es una novela larga (mi edición roza las 1100 páginas) con una estructura bastante particular: alterna la narración en tercera persona con la narración epistolar en primera persona (tan en boga en la época).
El argumento, a pesar de lo que he visto señalar en numerosas ocasiones, dista mucho de ser simple, pero para situar un poco la historia voy a dejar una breve sinopsis: En 1832, en un balneario alemán, Allan Armadale confiesa, a las puertas de la muerte, que muchos años atrás mató a un hombre que se llamaba igual que él. Como legado le deja a su hijo una carta con esta confesión junto con una advertencia: debe mantenerse alejado del hijo del otro Armadale o una terrible desgracia se abatirá sobre él. Años después, a pesar de las advertencias, los dos jóvenes Armadale se harán amigos y el nombre maldito volverá a perseguirlos.
La atmósfera
Partiendo de este argumento, se desarrolla uno de los puntos fuertes de la novela: la atmósfera.
El principio de Armadale es perfecto: lleno de tensión e intriga, de maldiciones, de barcos y tormentas, de confesiones en el lecho de muerte, de identidades usurpadas… Con todos estos elementos Collins entreteje una atmósfera fosca en la que el lector queda atrapado… igual que un barco en una tempestad. A lo largo de las páginas, la sensación de misterio, de oscuridad, de peligro, de inquietud, se ve incrementada con la suma de la terrible Fatalidad, de los sueños premonitorios y de la venganza que el hombre asesinado parece reclamar desde el más allá.
No, no estamos ante una novela de terror, pero tiene un cierto cariz gótico proporcionado por esa maldición y esa Fatalidad, descritas con una intensidad tal que parecen materializarse como un fantasma; a veces casi podía oír el rechinar de las cadenas del inevitable Sino, y sentir que la casa de Thorpe-Ambrose era (a pesar de toda su luz y sus jardines de flores), en su esencia, una casa condenada.
Lydia Gwilt
Como digo, el inicio es fascinante, un cúmulo de sensaciones que hacen de la novela una sensation novel en el sentido más literal del término (no en el tono despectivo y desdeñoso). Sin embargo, tras la presentación de los principales personajes de la historia, llegamos al nudo, y se produce entonces un pequeño bache en la historia, que decae un tanto y se hace repetitiva ―única tacha que se le puede poner a esta obra―, lastrando la lectura. Pero no hay nada que temer, pues enseguida Collins nos presenta a uno de los mejores personajes que hayamos conocido jamás: la señorita Lydia Gwilt.
De ella se dice que es uno de los mejores villanos de la literatura. No puedo estar en desacuerdo. Si en La dama de blanco Collins nos asombra con el malvado conde Fosco, aquí nos da a conocer a una antagonista de personalidad contradictoria, compleja y arrebatadora. Una mujer inteligente, orgullosa y que es, ante todo, una superviviente. El libro se llama Armadale por razones obvias y fundamentales, pero, si se hubiese titulado Gwilt, sería igual de acertado.
Uno de los aciertos de Collins es permitirnos conocer a esta mujer, la villana, la antagonista, en profundidad (a través su diario y de la correspondencia que intercambia con otros personajes), convirtiéndola así en una protagonista y no en una simple secundaria cuyo destino queda en manos de los héroes.
El diario de la señorita Gwilt nos permite analizar la psique y los sentimientos de esta, así como descubrir la terrible historia a partir de la cual se forjó su personalidad: decidida, desencantada, desesperanzada y neurótica. Collins la desnuda ante nuestros ojos permitiéndonos ver sus contradicciones, sus arrebatos, su deseo de cambiar, su obstinación, su rebeldía, su desequilibrado carácter, sus obsesiones, su facilidad para la manipulación, sus propósitos, su inteligencia calculadora… Y, sin embargo, a pesar de ser testigos de sus terribles planes, Lydia Gwilt nunca llega a caernos mal, no del todo: podemos desear que sus planes fracasen, pero no que muera o sea humillada. No cabe más que aplaudir a Collins por semejante logro.
Lydia Gwilt es un personaje tan fuerte y está descrito con tal perfección que cuando aparece en escena engulle a todos los demás, y cuando no está queremos volver con ella.
En su tratamiento encuentro aspectos feministas, pero en menor grado (al menos esa es mi opinión) que los que aprecié en Marian, de La dama de blanco. Asimismo, parece que Gwilt, esta gran villana, fue uno de los principales motivos de que Armadale acabara, en su época, envuelta en polémica y no cosechara el éxito que se esperaba y merecía.
Collins ya debía de ser consciente de que su novela iba a levantar ampollas (quizá por mostrar a esa mujer capaz de manipular a los hombres, por darle voz a esta antagonista y mostrar todo su ser ―no solo lo maquiavélico―, quizá por haber escrito una sensation novel, quizá por todo), pues él mismo comenta en el prefacio que:
Más personajes
Otros personajes principales son bastante menos atractivos que Gwilt: Allan Armadale, un joven e ingenuo caballero que exaspera en su simplicidad; o la señorita Milroy, una adolescente enamorada y caprichosa, bastante cansina, a la que nos vemos obligados a disculpar en virtud de sus 16 años y la revolución hormonal del primer amor.
Midwinter, sin embargo, es mucho más interesante, con una personalidad casi tan compleja como la de Gwilt: arisco, torturado, depresivo y desconfiado, molesta a los demás con su libertad de pensamiento, con sus actos rebeldes que no se acomodan a lo que esperan sus semejantes. Midwinter no se rige por las reglas sociales, sino por el corazón; es un incomprendido, sobresale por sus ideales, por su forma de comportarse, y esto no es algo que se le perdone.
Casualidad contra Fatalidad
El leitmotiv que hace avanzar a estos personajes es la contraposición continua entre la Fatalidad y la Casualidad, y, como consecuencia y extensión de ello, la contraposición entre la Superstición y la Razón.
La historia está repleta de casualidades desde el inicio: un sueño premonitorio que se va cumpliendo escrupulosamente en sus más mínimo detalles; personajes que solo por el más increíble azar llegan a conocerse; personajes que podrían con facilidad dar marcha atrás en sus acciones, pero que son incapaces de hacerlo… como si una fuerza los impeliera a seguir por un camino trazado del que no pudieran escapar.
Es cierto que finalmente Collins nos ofrece una tercera posibilidad, la del Destino en manos de Dios, pero, a día de hoy, creo que para muchos lectores esto no difiere en gran medida de la Superstición o la Fatalidad.
Otros temas
Puede que la contraposición Racionalidad/Superstición sea el tema principal (o al menos el que hace avanzar la historia de un modo más claro), pero hay otros muchos más tratados en la obra: la amistad (de hecho, se suele mencionar a Armadale como un ejemplo de bromance); el libre albedrío; la mala maternidad (la señora Milroy, cuyas viles acciones y palabras hacen que resulte mucho más odiosa que Lydia Gwilt); el tema bíblico de si los hijos deben pagar por los pecados de los padres…
Todos los que he mencionado son temas de entidad, pero me voy a detener en otro no tan evidente, pues, expresado de manera sutil como está, puede pasarse por alto: el respeto y el amor a los animales no humanos. Para Collins esta cuestión tenía mucha importancia. El motivo es que Wilkie Collins amaba a los animales, y esto es algo que deja traslucir en sus novelas, muchas veces expresándolo a modo denuncias (su obra Corazón y Ciencia es una crítica a la vivisección).
En la novela, por supuesto, también podemos encontrar crítica social, pero no en exceso ni con una profundidad extrema; lo que encontramos son más bien ideas concisas y contundentes bien distribuidas a lo largo de la narración.
Resumiendo
Armadale es una magnífica novela de atmósfera misteriosa y —en ciertos momentos— incluso opresiva, de nombres malditos y acciones predestinadas, y con una mujer que se adueñará de la historia y de nuestra atención.
Gran relectura
Gracias al reto Libros rescatados del blog Un libro en un tris (podéis consultar todas las reglas pinchando aquí) he releído este libro, que, como os he dicho al comienzo de esta extensa reseña, es uno de mis favoritos. Lo escogí para superar la premisa «libro que te enamoró la primera vez que lo leíste». Ahora, según la norma del reto, tengo que decir si me gustó tanto como la primera vez: la verdad es que me ha gustado un poco menos, pues la primera vez me había hechizado tanto como La piedra lunar y La dama de blanco, y ahora lo colocaría en tercera posición. Eso no implica que haya dejado de ser uno de mis favoritos: me declaro fan de Collins y de la sensation fiction, ahora y siempre.
De este autor sólo he leído «La piedra lunar» y me gustó mucho. Vaya pedazo de entrada, me ha encantado leerla y he aprendido mucho.
Un besote, Anabel, y que tengas feliz semana.
Muchas gracias, Rocío. Espero haberte tentado para leer más de Collins: Armadale o La dama de blanco son perfectas 😉
Un beso y feliz semana también para ti.
Hola.
Menuda reseña más increíble, pues mira que nunca me habría planteado leerlo, no sé si alguna vez un libro así, pero me encanta la atmósfera que comentas, la crítica social y el ambiente gótico, lo malo es la extensión de páginas, pero no le perderé la vista para más adelante.
Muchos besos.
Si todavía no conoces a Collins te recomiendo como primera lectura La dama de blanco, ya verás cómo te atrapa.
Un beso, Rubí.
¡Hola! ^^
Así a simple vista me ha llamado la atención. Tengo curiosidad por descubrir esta historia, así que no me importaría leerlo.
Besos!
Me alegra haberte despertado la curiosdiad. Espero que te guste si te animas con ella 🙂
Un beso, Mary.
Vaya reseña más completa, Anabel. Esta novela quiero leerla pero no sé cuándo va a ser porque tengo un millón de lecturas pendientes. Pero las atmósferas misteriosas y opresivas son lo mío. 😉
Gracias por la recomendación.
Un beso,
Muchas gracias, yo leo Novela:-)
Esta novela te va a gustar, es de las tuyas seguro, así que tienes que hacerle hueco 😉
Besos.
Ahora mismo tengo a Collins en mi mesilla de noche, pero no coincidimos en lectura.
Un beso.
Pues me paso a ver qué tienes en tu mesilla de noche, porque me has dejado muerta de curiosidad 🙂
Besos, Lady.
¡Qué reseñón! Y no conocía esta novela. De este autor he leído dos novelas, que me gustaron mucho. Y luego leí Los perezosos, que escribió junto a Dickens, otra joyita. Pero no he vuelto a leer nada suyo. Tomo buenísima nota.
Besotes!!!
Muchas gracias, Margari. Me apunto Los perezosos, seguro que me gusta.
Disfruta de Armadale cuando lo leas, yo creo que no te va a decepcionar 🙂
Un beso.
Sin duda uno de mis autores pendientes. En casa tengo un libro suyo (y no es ninguno de los tres que has citado), y tengo apuntado La dama de blanco. Este que nos traes parte de una premisa que me atrae mucho, pero como le comenté a Susurros, es una pena que esté descatalogado. Por cierto, no sabía que Collins fuese adicto al láudano, se ve que era una droga muy de la época; si no recuerdo mal, Lewis Carroll también le pegaba a esto para combatir el insomnio y la depresión. Fantástica reseña.
Un beso 😉
Pues no sabía que estaba descatalogado. Es una pena, pero seguro que alguna editorial lo reedita. De todas formas si no has leído nada del autor te recomiendo La dama de blanco. Los problemas de Collins con esta droga vinieron porque padecía gota y para mitigar estos dolores le recetaron laúdano, por lo que sé.
Un beso y muchas gracias, Ray.
Hola guapísima, como te dije por twitter me has dejado estupefacta con la reseña. Madre mía lo que te lo has currado y lo bien que los has hecho… Flipada sigo todavía… Estoy de acuerdo contigo en que Miss Gwilt es el mejor personaje. Y me ha encantado lo que has comentado de los animales (solo tú te habrías dado cuenta de estas cosas…).
Fue un placer leerla con vosotros. Y me encanta que sea una de las novelas elegida para mi reto de Libros rescatados, a pesar de que no te haya gustado tanto como la primera vez… Pero es que La dama de blanco es… tela…
Un besazo
Muchas gracias, Nitocris 🙂
Me alegra de que hayamos coincidido en tantos puntos de vista 🙂
Ha sido una gran lectura conjunta, la he disfrutado mucho en vuestra compañía 🙂
Soy una apasionada de tu reto; me encanta cada vez más rescatar esos libros olvidados, y este año ya tengo en mente un libro que no me gustó la primera vez que lo leí jejeje así que espero superar el reto 🙂
Beso grande.
Ya sabes que me quedé con muchas ganas de leerla y casi esperaba que comentaráis que era un tostón, que se hacía pesada, vamos que quería alguna escusa para tacharla pero nada, os ha encantado a todas y pedazo reseña que te has marcado bonita, así imposible que se me vaya de la cabeza esta novela.
Un beso
Gracias, Inés 🙂
No dejes pasar este novelón, que te va a gustar. No recuerdo si has leído La dama de blanco y La piedra lunar, pero si no las has leído, apúntalas también 😉
Besos.
Hola. Pues visto lo visto y como aún no me he estrenado con el autor voy a empezar por el más fácil, La dama de blanco. Me gusta la atmósfera gótica aunque luego no sea una historia de terror. Y la historia también pero esa densidad y las partes más pesadas igual me echaban para atrás.
Besos
La dama de blanco te va a gustar seguro, y también comparte esa atmórfera opresiva. Si acierto y te gusta, luego siempre puedes seguir con esta y con La piedra lunar 😉
Un beso.
Hola Anabel!! No sabía nada de este título y la temática me interesa muchísimo, así que me llevo bien apuntado a mi lista de pendientes. Me alegro de que lo hayas disfrutado tanto. ¡Fantástica reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
Seguro que te gustará, Ana. Espero que te animes y lo disfrutes 🙂
Ya me contarás 🙂
Un beso.
Hola!
Madre mía, menuda entrada te acabas de marcar! Como se nota que es de tus favoritos!
Ya sabes que salí huyendo en dirección contraria en cuanto supe la cantidad de páginas que tenía… no es algo que suela echarme para atrás, pero últimamente leo tan poco que me cuesta adentrarme en libros tan gorditos. Por no hablar de que decir que las lecturas se me han ido de las manos es quedarse corto, muy corto y me habría sido imposible seguiros el ritmo (ya me habría costado aunque no hubiera tenido tantos empezados). Pero oye, me lo llevo anotado para un futuro, me ha picado el gusanillo con varias cosas que comentas, así que a ver si le hinco el diente en algún momento (ya, ya lo sé, tengo otro mordisco pendiente aún, te prometo que lo tengo muy presente).
Un beso!
Muchas gracias, Lit. Me alegro de que te haya gustado la reseña 🙂
Llévatelo apuntado, pero si todavía no has leído nada de Collins empieza por La dama de blanco 😉
Jejeje tú pega el mordisco cuando te apetezca 😉
Un beso.
¡Hola!
Me ha encantado tu reseña, que me ha dejado con unas ganas tremendas de leer a Collins.
Lo que más me ha llamado es el hecho de que la villana sea tratada como una protagonista, en vez de ese antagonista lejano que simplemente pone trabas y con el que no empatizas.
El tema de los animales también me ha gustado, pues no sabía que el autor iba de ese palo, vamos, otro punto más para que me compre alguna de sus novelas.
Ah, y genial la cita que has puesto sobre el cristianismo, que es tal cual para mucha gente.
En fin, que cada vez que leo el nombre del autor le pongo cara de mujer, y mira que ya he asumido que era un señor inglés del XIX jajaj
¡Un saludo!
Me alegro de que te haya gustado la reseña y de haberte metido ganas de leer a Collins 🙂 Gwilt es un personaje que no se olvida, ya verás. Tienes que leer a Collins, y no tardes, porque seguro seguro que te va a gustar mucho. Si no has leído nada de él, te recomiendo empezar por La dama de blanco, porque suele ser el preferido de casi todos los lectores. Yo espero leer en breve Corazón y ciencia, a ver si te lío XD XD
Un besazo.
La terminé de leer esta semana y justo acabo de escribirle una reseña que me ha quedado penosa comparada con la tuya. Qué bien explicas la intención, la estructura y los temas que toca Wilkie Collins en «Armadale» y lo difícil que es reseñar los clásicos. Con tu permiso, voy a recomendar que lean tu reseña en cuanto publique mi entrada. Un beso y a sus pies, señora.
¡Muchas gracias, Mónica! Pero seguro que tu reseña es estupenda.
Me alegra saber que no te has aburrido con la reseña tan larga que me quedó jajaja 🙂 Es que cuando un libro me gusta mucho, a veces no me contengo, y hablo por los codos, pero solo es mi opinión de lectora 🙂
Estoy deseando pasarme para ver que te pareció esta obra de Collins (y por supuesto puedes enlazar lo que quieras) 🙂
Beso grande y feliz fin de semana.