Hoy es la Víspera de Todos los Santos, Halloween, Samhain o la Noche de Brujas, y, como siempre intento hacer, quiero celebrarlo trayendo al blog una historia de terror, que en esta ocasión coincide con la última propuesta de la iniciativa de Lecturas junto al fuego: El Wendigo, de Algernon Blackwood. Intentaré no extenderme, pues considero que, si se analiza pormenorizadamente (es de esos relatos tan extraordinarios con los que apetece hacerlo), se destripa todo aquello que esconde. A mí me ha gustado acercarme sin saber nada, ya que gracias a ello he experimentado el temor de descubrir unas huellas que no sabía a qué destino me conducían: a la locura, a la desesperación o a la muerte.
El Wendigo se publicó por primera vez en 1910 en The Lost Valley and Other Stories. Tanto este título como Los sauces (también de Blackwood) suelen nombrarse como dos grandes relatos dentro del género del terror. Tras haber leído ambos coincido con esa apreciación (mi opinión de Los sauces podéis leerla aquí). Uno de los grandes maravillados con estas historias fue el genio de Providence: me refiero, por supuesto, a H. P. Lovecraft. En su ensayo titulado El horror sobrenatural en la literatura, Lovecraft dice lo siguiente sobre El Wendigo: «Otro relato de extraordinaria fuerza, aunque artísticamente menos logrado [que The Willows], es The Wendigo, donde se nos presentan evidencias horribles de la presencia de un enorme demonio forestal del que los leñadores de los bosques del norte hablan en voz baja por la noche. La forma en que ciertas huellas revelan determinadas cosas increíbles es realmente un señalado éxito de destreza».
La historia de El Wendigo comienza con cinco cazadores reunidos a finales de octubre en Ontario. Buscan alces, pero las presas les son esquivas. Por ello se deciden a dividirse en dos grupos. Por un lado, el doctor Cathcart y Hank, su guía habitual, y, por otro, el guía francocanadiense, Défago, y el sobrino del doctor, el joven Simpson. Esperando el regreso de ambos grupos, se quedará vigilando el campamento Punk, un indio que se encarga de avivar el fuego y preparar la comida. Défago no está contento con la propuesta de Hank, pues el itinerario que este le plantea seguir se adentra en un territorio virgen en donde muchos hombres no quieren internarse; es un territorio rodeado de antiguas leyendas indias. No obstante, la vena racional de Défago se impondrá a su instinto y este conducirá a Simpson hasta El lago de las cincuenta islas en busca de las ansiadas presas. Sin embargo, pronto intuyen que hay algo que les busca a ellos con más tenacidad que con la que ellos buscan a los alces…
El Wendigo parte de una leyenda de los nativos americanos que suele identificarse con el canibalismo. Pero la visión de Blackwood se acerca más a una personificación de las fuerzas de la naturaleza y de la fuerza del bosque primitivo. El Wendigo (tanto la criatura de Blackwood como la propia historia) se convierte en un símbolo de lo salvaje y de lo que el hombre no puede dominar ni comprender; El Wendigo personifica la llamada de lo salvaje, cuya atracción es imposible de resistir.
El ser, el wendigo, no llega a aparecer nunca como tal en este cuento. Solo notamos su presencia por las pinceladas, magistrales, de Blackwood: el horror nos llega a través de las pistas que captan los sentidos. Los sonidos, los olores, las sombras que aprecian nuestros ojos serán las armas con las que el horror nos envolverá. Y esto, aunque tal vez no lo parezca, es lo mejor, pues el terror siempre es más fuerte hacia aquello que permanece oculto: no hay arma más poderosa que la imaginación liberada.

El Wendigo es un cuento de terror, pero no de sangre y vísceras, sino de atmósfera. Sus descripciones nos sumergen en el frío y la nieve de Canadá, en sus bosques vírgenes, sin hollar todavía por los hombres. El principio es pausado; en cada página Blackwood va desplegando con destreza el ambiente que nos envuelve como una capa de escarcha invisible, y, poco a poco, quedamos seducidos por la llamada del wendigo: lo intuimos en la nieve, lo olemos en el aire, lo captamos en el sonido con que se mueven las ramas… Y ya no podemos escapar, lo hemos oído, nos ha seducido…
En cuanto al final, puede decirse que es abierto y que podemos elegir que creer: alucinación colectiva o realidad legendaria. Aunque yo… no tengo duda de en qué creer…
Solo he leído tres cuentos de Blackwood (Los sauces, El Wendigo y El bienamado de los árboles), pero aprecio en él una serie de características comunes; las principales son esa maestría en el manejo de las atmósferas y una tendencia hacia el paganismo que me recuerda a Machen. En El Wendigo puedo ver ecos del horror cósmico, pero muy muy débiles, no como en Los sauces.
Nada más, creo que queda claro que es un relato que me ha gustado mucho y que recomiendo, y más en estas fechas, pues la historia se desarrolla en la última semana de octubre…
Nota: El texto de El horror sobrenatural en la literatura está extraído de la edición de 2010 de la editorial Valdemar.
La cita de El Wendigo está extraída de la edición de 2018 de Hermida Editores.
Me encantó este relato. Me parece muy sugerente y creo que está muy bien presentado ese Horror de las montañas.
Feliz Halloween, Anabel. Disfrutalo mucho.
Un besote.
Opino lo mismo 🙂
Espero que hayas disfrutado de Halloween y Samhain… ¡Cuidado! Seguro que todavía queda algún espectro por ahí jejeje
Un beso.
Una muy buena recomendación para estas fechas, a mí me gustó mucho. Además es un relato corto y se lee en un suspiro, así que es ideal para los que tienen poco tiempo. Es increíble todo el jugo que le saca el autor a esta historia en pocas páginas. Genial reseña. Un saludo.
Sí, la verdad es que en pocas páginas el autor traslada muy bien el horror de la llamada de lo salvaje.
Como dices, es una gran lectura.
Un beso, Ana.
¡Hola!
Coincido en la creación de la atmósfera, Blackwood te lleva por donde quiere con maestría. Sobre todo me gustó el tema de las sombras y el olor, cada vez más fuerte y atrayente.
Pero es lo que te decía por twitter, que me esperaba que el wendigo fuera más que un ser que puede estar o no estar, si es que al final tiro por la sangre XD
Ahora estoy con una novela que empecé casi a la par que este cuento, así que cuando la acabe me voy directa a por Los sauces, que me has dejado con muchas ganas^^
¡Un saludo!
Lo del olor me pareció tremendo. Y los sonidos y las sombras… ¡guau!
Creo que Los sauces te gustará más porque es menos sutil que este, pero tampoco esperes sangre.
¡Gracias por unirte a la inicitiva una vez más! Me alegra haberte animado a descubrir a Blackwood 🙂
Un beso.
Me encanta lo que cuentas, no lo conocía y seguramente me haga con él, y no necesariamente esperaré al año que viene, jeje. Un besote!
¡Perfecto! Cualquier momento es bueno para este cuento 🙂 Espero que lo disfrutes, Ro 😉
Un beso.
Hola guapísima, pues qué decirte, a mi me acojon… más las historias atmosféricas que las de sangre y visceras, jeje… así que este lo tendré que pensar muy mucho. 😉
Un besazo
Me pasa lo mismo, las vísceras me dan más asco que otra cosa. Pero este creo que podría gustare, la narración es muy bonita 🙂
Un beso, Nitocris.
¡Hola! ^^
Me lo voy a apuntar, pero no creo que lo lea a corto plazo. Yo todavía sigo con mis lecturas de Halloween, y después quiero tomarme un descanso de este género.
Besos!
Espero que te guste cuando lo leas. Yo por mi parte, creo que nunca me cansaré de este género 🙂
Un beso.
Hola.
Sin duda me lo apunto y más con todo lo que lo recomiendas, ahora mismo no sé porqué pero ni en Halloween he ido a por el terror, estoy desganada, y eso no es bueno.
Muchos besos.
Me alegro de que te lo apuntes; espero que no tardes en volver al lado más terrorífico jejejeje
Beso grande, Rubí.
Ya sabes, Anabel, que no puedo decir que no a este tipo de lecturas…
Un beso.
Jejeje Disfrútala cuando la leas 😉
Un beso.
No descarto leerlo, junto con «Los sauces». Hasta el momento el que más me llama del autor es uno llamado «Un estruendo entre las sombras», menos conocido quizá que los otros dos, pero cuyo argumento me atrajo mucho. Fantástica reseña.
Un beso 😉
Ese que nombras no me suena, pero he leído muy poco del autor. El que yo tengo es Un estruendo sobre las frondas, que es un libro de Hermida Editores que recoge El Wendigo y El bienamado de los árboles. No sé si será mucho tu estilo, recuerda a Lovecraft y creo recordar que no te gustaba mucho, pero todo es probar 🙂 Ya me contarás, si al final te animas.
Un beso, Ray.
Le tengo echado el ojo a El Wendigo: Y otros relatos extraños y macabros de Valdemar, estoy empeñada en esa edición que contiene este relato pero es tan cara que no sé, un día me da el arrebato y me la compro, pero de momento me contengo.
Besos
Yo también le tengo echado el ojo a ese libro porque me gustaría leer más relatos de Algernon, pero creo que tiraré hacia J. Silence, unos relatos que también tiene ese editorial 🙂
Si te animas, no se te olvide hacer reseña 😉
Un beso.
Hola Anabel!! Ya sabes lo mucho que me gustó este relato, me alegro que te haya gustado, tiene una ambientación magnífica. ¡Fantástica reseña! Besos!!
Sí, la ambientación te hace percibir cada movimiento del lugar, a la vez que sentir la opresión de la llamada… 😉
Un beso, Aventurera.