La propuesta para los meses de agosto y septiembre de Lecturas junto al fuego (más información en el enlace anterior) era leer En el bosque, bajo los cerezos en flor, un cuento de terror de Ango Sakaguchi. En España, este cuento está publicado por la editorial Satori junto con otros dos (La princesa Yonaga y Mimio y El Gran Consejero Murasaki) en un libro que se titula En el bosque, bajo los cerezos en flor, el más conocido de los tres. Como he leído todos y como tienen muchos rasgos en común, voy a hablaros de las tres historias, que se mueven entre el horror, lo fantástico, lo poético y lo grotesco.
Sobre el autor
El autor, Ango Sakaguchi, fue un escritor japonés (Niigata 1909- Kiryu,1955), que publicó novelas policiacas, cuentos fantásticos y, también, controvertidos ensayos sobre Japón. Junto a otros autores, como Osamu Dazai y Sakunosuke Oda, fue uno de los integrantes del grupo de la Buraiha: «un movimiento literario e intelectual, que adoptó, precisamente, la bandera de la decadencia como seña de identidad». Satori Ediciones incluye un epílogo de Jesús Palacios sobre la vida del autor (de donde es la cita anterior), que os recomiendo no dejar de leer si os animáis con el libro.
Belleza, crueldad y deseo
Si hay algo que me ha impactado de las tres historias es cómo el autor transforma la belleza más sublime, como la que emana de los cerezos en flor, en elementos de puro horror y perversión. Con la belleza como hilo conductor, el autor ahonda en otro tema: la farsa.
Si bien la belleza está siempre presente en las historias otro de los temas primordiales de los cuentos es el anhelo, el deseo, como motor de la destrucción humana. Esta destrucción, nos revela Sakaguchi, no proviene del exterior, ni de la naturaleza, sino de la corrupción que anida en el corazón del ser humano. No es extraño, en verdad, que el deseo esté tan presente, pues el autor estuvo muy interesado en el budismo; de hecho, en la universidad estudió filosofía india, y aprendió sanscrito y pali para leer los textos tibetanos sin traducción.
Ambientación
Tanto En el bosque, bajo los cerezos en flor como los otros dos relatos se ambientan en el antiguo Japón, y están bañados en la atmósfera del cuento tradicional japonés y de lo sobrenatural, características que resaltan aún más gracias a la extraordinaria prosa del autor.

Los cuentos
Los tres cuentos son macabros, perversos, grotescos y, a la vez, bellos como un cerezo florido. Esta esencia está perfectamente captada por la excepcional portada de Takano Yamamoto, que ilustra, con grandísimo acierto, la sensibilidad no solo del primer cuento (pues representa una de sus escenas), sino del libro entero.
Además, los tres tienen un elemento en común muy claro: una mujer hermosa como fuente de perdición (aunque en el último relato de forma muy matizada).
A continuación, os hablo un poquito de cada cuento.
En el bosque, bajo los cerezos en flor
Un despiadado ladrón asalta a los viajeros que cruzan el paso de Suzuka, paso que atraviesa un bosque de cerezos. Un día, en uno de sus asaltos, el bandido se encuentra con la mujer más hermosa que ha visto en su vida y decide hacerla su esposa. Sin embargo, el carácter de la mujer es mortificante: sus caprichos son caros y… sanguinarios.
Un cuento que empieza y termina de forma lírica, pero que en su desarrollo contiene escenas macabras y gores.
La princesa Yonaga y Mimio
El rico señor Yonaga llama a un carpintero para que construya un buda para su hija, la princesa. Esta chiquilla es una joven bella y de espectacular sonrisa, pero en su alma la bondad no parece tener hueco.
Para mí, el mejor de los tres relatos. El anhelo, la ira, la belleza, la locura y la maldad que anidan en este cuento son tan intensas que te dejan días dándole vueltas.
El Gran Consejero Murasaki
El pervertido y malicioso Gran Consejero Murasaki, con tal de satisfacer su lascivia, es capaz de todo, incluso de chantajear a una de las doncellas de la princesa de la Luna.
Es el más diferente de los tres cuentos: en este caso no hay una femme fatale, sino una doncella inocente, y, si bien es cierto que los anteriores relatos tienen un desenlace cruelmente inexplicado (todo en estos cuentos es cruel), en este el final es todavía más abrupto, casi insatisfactorio. Es la historia que menos me ha gustado de las tres, pero aun así la disfruté.
¿Creéis que la magia de un bosque de cerezos en flor debe ser dulce, armoniosa, amable?
Sentaos bajo uno de estos árboles y mirad los pétalos caer… quizá haya demonios en ellos.
Hola guapísima, me alegro muchísimo de haber participado en esta Lecturas junto al fuego. Ya sabes que a mí el que más me gustó fue el tercero, pero quizá por eso de que era el más bucólico de los tres… Es verdad que el final parece abrupto, pero yo creo que le he encontrado más sentido que tú.
Mi reseña quizá para la semana que viene.
Un besazo
Hola, Nitocris:
Mucha gracias por participar 🙂 El tercero no es que no me parezca que tenga sentido es que parece que deja demasiadas preguntas abiertas, pero es solo mi sensación. Me encantará ver tu reseña 🙂
Un beso.
Tienes toda la razón. Deja muchas preguntas abiertas… yo me quedé pensando en la pobre mujer… Pero es que a mí estas cosas, depende de cómo las trabaje, no me importa…
Un besazo
A mí me pasa lo mismo, depende de cómo las trabaje el autor puede ser muy satisfactorio, pero aquí no sé… es demasiado brusco, casi me parece que se cansó del cuento 😀
Un beso, y gracias por compartir tu opinión en este riconcito :-*
Gracias por descubrirme joyitas como ésta. Seguramente no la hubiera leído si no la hubieras propuesto para Lectura junto al fuego, porque no es lo que suelo leer. Y me está gustando mucho. Mi reseña no sé para cuándo será, que llevo un atraso con todas…
Besotes!!!
Hola, Margari:
Qué alegría que disfrutes con Lecturas junto al fuego. No sabía cómo saldría esta propuesta, no la había leído antes, pero nos ha gustado mucho 🙂
La reseña para cuando puedas, sin prisas, y si al final no la haces, no te preocupes, lo importante es disfrutar de la lectura 😉
Un beso.
Hola, Anabel. Me encanta el terror japonés, solo con la atmósfera ya empieza a funcionar. Hace tiempo que no leo nada de estos. Me apunto a los bosques terroríficos.
Besos 😉
Espero que disfrutes de los cuentos. A mí me han encantado. Ya me contarás si te animas 😉
Un beso, Norah.
Hola Anabel!! Me alegro de que hayas disfrutado con su lectura, no descarto darle una oportunidad, puesto que tiene buena pinta. ¡Gran reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
Sí, sí, a este tienes que darle una oportunidad, yo creo que te gustará 🙂
Un beso, Ana, y feliz semana.
Lo cogí en su día con muchas ganas (horror, folklore japonés… ¿qué podía salir mal?), y me dejó muy frío. La mayoría de personajes me resultaron odiosos: o eran pusilánimes, o crueles y retorcidos. En concreto la princesa Yonaga, el más odioso de todos.
Un beso 😉
Oh, sí, la princesa es terrible, pero por eso nos impactó tanto durante la lectura. Y el carpintero no le iba a la zaga…
A mí me parecieron tres relatos increíbles, bellos y horrendos a la vez, y esa ambientación de cuento… ¡Me encantaron! En esta lectura no coincidimos en impresiones. A ver en la siguiente 🙂
Un beso, Ray.