Hay pueblos a los que queremos volver. Puede ser porque resulten lugares encantadores, alocados, terroríficos (sí, algunos somos así de raritos), mágicos o misteriosos. Chestnut Peak es uno de ellos, un pequeño y encantador enclave entre montañas y bosques cuya población se mantiene enigmáticamente estable, año tras año, en 999 habitantes.
Clarissa Mary Prince debuta con su primera novela. La historia de Chestnut Peak se revela mucho más intensa que la de una extraña localidad anacrónica con residentes de vidas hipócritas: sombras que acechan esperando su momento, guardianes que velan, lechuzas que observan. Magia que vive.