Como sabéis, de vez en cuando me gusta hablaros de libros que no encajan con los temas principales que trato en el blog (terror, fantasía y misterio). En este caso os traigo tres muy diferentes: un libro feelgood, un poemario y uno que no sabría catalogar muy bien (una mezcla de varias cosas: divulgación, biografía…).
El noviembre de Kate (Mónica Gutiérrez)
He disfrutado de todos los libros de Mónica Gutiérrez que he leído hasta ahora y por eso no he dudado en abrir este y conocer a Kate.
El noviembre de Kate nos cuenta cómo se conocieron y se enamoraron Kate y Don, cuando ambos pasaban por un importante bache en sus vidas. Kate era una mujer triste, con un trabajo triste y un jefe ¿triste? ¡No!, todavía peor: su jefe era un aterrador T-Rex (metafóricamente hablando). Don, por su parte, era un policía que vivía anclado en el pasado, devorado por un deseo de venganza que podía llevarle al lado oscuro. Para Kate la salvación estuvo en un pequeño programa de radio; para Don hubo varios salvavidas, entre ellos, la propia Kate.
Cruzándose con ellos hay otros personajes. Mis preferidos: el barman Pierre, los amigos de Don, el jefe de Kate con complejo de T-Rex (un hombre a quien le espera un final que agradecí) y Charlie, un personaje poco agradable, pero que a mí, a pesar de no caerme bien, me ha gustado porque nos habla de la complejidad humana: no todo es blanco o negro, hay un montón de grises en nuestra alma.
Además de a estos personajes, también le cogeremos cariño a los lugares por los que pasean Kate y Don. Así, nos encontraremos caminando por la ficticia ciudad de Colerigde, o charlando amigablemente en «el bar escondido», o tomando un chocolate caliente en el peculiar jardín de Kate (casi tan escondido como el bar).
Aunque con lo que más he disfrutado, como siempre que leo a Mónica, incluso un poco más que con esos sugestivos lugares, es con el estilo único y la cuidada prosa de la autora, una prosa tan sencilla como mágica y en la que no faltan continuas referencias y guiños literarios (al poeta Colerigde, a Alicia en el País de las Maravillas, a Peter Pan). No sé qué es exactamente, pero algo tienen sus palabras que trasmiten el encanto de la historia más allá de las páginas.
Mónica me conquistó con La librería del señor Livingstone, después me encandiló con Un hotel en ninguna parte y ahora, con El noviembre de Kate, me ha confirmado lo que ya sabía: siempre me ofrecerá un lugar agradable en el que poder recostarme contra una chimenea para calentar el corazón; un lugar donde incluso un corazón tan amigo de las garras y los colmillos como el mío puede sentirse a gusto… Y para lograr eso creo que tiene que ser un lugar muy especial.

Vomitando mariposas muertas (Tamara López)
Vomitando mariposas muertas en un poemario que Tamara López ha publicado recientemente. Está prologado por Tony Jiménez y al final se ha incluido una entrevista de Pepe Cuento con la autora.
Confieso que cuando empecé a leerlo me quedé desorientada, perpleja, pues no esperaba encontrarme palabras malsonantes (como polla) en un libro de poesía. En realidad, no se puede decir que el lector no vaya avisado en este aspecto, después de todo, «vomitando» no es una palabra muy atractiva y aparece bien clara en el título.
Los poemas que encontramos no siempre buscan rimar, y no hay estructura métrica definida, están escritos con un lenguaje directo, sencillo y natural. Aunque con excepciones (por ejemplo, el poema titulado Lectores ―uno de mis preferidos―), son sobre todo poemas de amor, desamor y malos amores.
que el hilo rojo del destino
nos unía a la persona con
la que pasaríamos el resto de la vida.
En mi caso,
el hilo está formado
por un mechón de su pelo negro.
Si bien la poesía que suelo leer es, en general, más rítmica y melódica, este poemario me ha gustado por lo sinceros que son los versos. Son escritos muy personales con los que es fácil empatizar. Versos rebeldes, desesperados, dolorosos, dulces; versos de caída, de recomposición… Me ha parecido muy valiente la desnudez que muestra Tamara en Vomitando mariposas muertas.
que necesito sacar esto fuera
para no reventar por dentro.
Tal vez estas mariposas no sean para todo el mundo, pero, si os gusta explorar nuevos territorios, podéis ir a por ellas. Personalmente, os recomendaría la edición en papel, pues la digital tiene algún fallo de formato.

Un paseo por el bosque (Bill Brysson)
Tenía ganas de leer este libro desde hace bastante tiempo. La verdad es que me ha decepcionado un poco, aunque no es una lectura que desaconseje en absoluto.
Un paseo por el bosque cuenta las aventuras y desventuras (sobre todo desventuras) del autor cuando este decide recorrer (sin tener mucha experiencia de senderismo), acompañado por su amigo Katz, el sendero de los Apalaches: un difícil recorrido de más de 3300 km (no se conoce con exactitud su longitud, pues cambia de año en año según el gobierno necesite modificar la ruta por diversos motivos ―pocos de ellos de significado medioambiental―).

Está narrado con humor, y, si bien al principio no paré de reír, el humor de Brysson me llegó a cansar, en parte porque en varias ocasiones adquiere un tono despectivo. Además, la actitud de su amigo Katz durante la aventura me resultó, como mínimo, irritante: no mostraba ningún respeto por el lugar en que se encontraba.
Además, a pesar de titularse Un paseo por el bosque, el autor no habla tanto de las maravillas naturales del sendero (de hecho, hay momentos en los que el autor asegura estar cansado de tanto árbol ―really, Bill?―) como de los problemas a los que tiene que enfrentarse (algunos francamente graciosos), los encuentros con gente a la que se ve obligado a soportar durante el recorrido o los hechos históricos que sucedieron en las cercanías de la ruta.
Sin embargo, fueron estas últimas narraciones, así como las denuncias acerca del funcionamiento del sistema de protección medioambiental en EE. UU., lo que más interesante me resultó: produce miedo y una terrible tristeza conocer la desidia, la incompetencia (y añadiría corrupción), con la que los servicios gubernamentales abordan la protección de la vida natural.
En las Smokies, no muy lejos de donde Katz y yo estábamos, el Servicio de los Parques Nacionales decidió en 1957 «recuperar» Abrams Creek, un afluente del Little Tennesse, para la pesca de la trucha irisada. A tal efecto, un equipo de biólogos vertió cantidades desorbitadas de un veneno llamado rotenona a lo largo de unos veinticinco kilómetros del río (…). Entre las 31 especies de pez exterminadas en Abrams Creek había una, el noturo, que los científicos no habían visto con anterioridad (…). Por supuesto, todo esto fue hace cuarenta años (…). El Servicio de los Parques Nacionales recurre ahora a un enfoque mucho más sutil para poner en peligro la fauna: la negligencia.
Hola guapísima, la verdad es que me he quedado impactada con el último párrafo que nos has puesto. Parece mentira que pueda ocurrir algo así en un Parque Natural. En fin…
El noviembre de Kate es una maravilla, bueno como todas las novelas de Mónica, yo además lo tengo firmando, 🙂
El otro no me llama mucho. No me suele gustar leer poesía…
Un besazo
El libro de Brysson es muy impactante, tanto que a veces me parecía increíble.
Qué bonito tener firmado el libro de Mónica 🙂
Un beso, Nitocris.
¡Hola! ^^
Leí «El noviembre de Kate» hace años, y me gustó mucho, como todos los libros de la autora. Por su ambientación es perfecto para leer en invierno mientras tomas algo calentito.
Besos!
Sí, la verdad es que el invierno es perfecto para leerlo 🙂
A mí también me gusta mucho la obra de Mónica, el próximo será Próxima estación.
Un beso. Mary.
Ay, me encanta encontrarme a Kate por aquí, Además mola mucho que coincida con el libro de Bryson, que también es muy feelgood y tiene un humor muy simpático (además de la denuncia sobre el estado de los bosques y lo terrible de la América profunda con sus creacionistas armados). Además, creo que hace buen contraste con el de las mariposas muertas, ¿verdad? Un poco de todo para las lectoras curiosas. Un beso grande y gracias!!
Gracias a ti, Mónica, por tus historias y por pasarte por este rinconcito 🙂
El de Brysson creo que a ti te ha gustado un poco más que a mí. El humor del autor acabó por cansarme, aunque me ha parecido muy interesante por todas las denuncias que realiza.
Me alegra mucho que te haya gustado la compañía 🙂
Un beso grande.
Hola, Anabel;
Leí hace varios años ‘El noviembre de Kate’ y es que las novelas feel good con una chimenea cerca son lo más y ‘Un paseo por el bosque’ lo tengo anotado,, creo que porque te lo he visto a ti en Goodreads o en otro sitio y es que la cubierta me gusta mucho.
Un beso,
De vez en cuando el cuerpo pide un poco de calorcito, y para esos momentos Mónica es una apuesta segura, y si además hay chimenea… 🙂
Espero que te guste el paseo por los Apalaches; la portada es muy bonita, totalmente de acuerdo, no me cansaría de mirarla 🙂
Un beso, yo leo Novela.
Por un lado me llaman la atención, por lo diferentes y curiosos que parecen, aunque por el otro, y siendo honesto conmigo mismo, no los veo muy de mi estilo. Quizá el que más me atraía era Un paseo por el bosque, pero conociendo tus impresiones creo que tampoco me veo leyéndolo. Me alegro que cada uno a su modo te haya aportado cosas distintas.
Un beso 😉
Si te ha llamado Un paseo por el bosque echa un vistazo por ahí a otras opiniones; el sentido del humor es algo muy particular.
Un beso, Ray.
Hola.
Me pasa lo mismo con los libros de Mónica, son puro amor y se siente uno arropado al leerlo. Todo funciona.
Con la poesía, pues voy bastante mal y si ya me cuesta la clásica, esto ni me lo planteo. Y menos si me hablan mal.
Lo del bosque de Bryson me ha hecho gracia. Creo que a los que solo nos gusta el campo a ratos, nos pasa eso, que llega un momento que te cansa tanto árbol. Y el acompañante vaya tela. Oye, no lo descarto.
Besos
Es que Mónica nos regala una manta muy calentita… para noviembre o para cualquier mes 🙂 El libro de Tamara es muy diferente y se entiende muy bien lo que quiere trasmitir. Lo de Brysson a mí me cuesta entenderlo, si no vivo en un bosque es porque no me dejan jajajajajaja Creo que podría gustarte, si te animas, ya sabes: cuéntame qué tal 😉
Besos.
Sólo he leído el primero, que me encantó, como todas las novelas de Mónica. El de Támara lo tengo esperando en el lector. A ver si me animo pronto. Y el último no termina de llamarme la atención.
Besotes!!!
¡Ah, qué bien! Ya nos contarás qué te parece el de Tamara.
Un beso, Margari.
Tres lecturas muy diferentes. El de Mónica lo he leído y me encantó.
Un beso
Es que Mónica nos tiene hechizadas 🙂
Un beso.
Sólo he leído el de Tamara, que me gustó bastante. No suelo leer mucha poesía, pero me gustó su frescura y lo bien que retrata algunos temas controvertidos.
Un beso, Anabel.
Creo que Un paseo por el bosque podría gustarte (yo aquí ejerciendo de malvada a quien le gusta alargar la lista de pendientes de los demás jajajajaja).
Un beso.
Muchas gracias por la info. Quiero leer a Mónica Gutiérrez, que aún no me animado. Un beso.
Pues este o La librería del señor Livingstone podrían gustarte 🙂 Ya me contarás.
Un beso, Lady.
Hola Anabel!! Son unos títulos que me llaman mucho. Tomo buena nota de tus impresiones lectoras. ¡Gran post y gracias por tu recomendación! Besos!!
Gracias a ti por pasarte, Ana. Espero que disfrutes con las lecturas, si te animas con ellas 🙂
Un beso.
Hola.
Coincidimos en que yo también tengo en la estantería El noviembre de Kate, me gusta mucho esta autora, me tocó todos sus libros en un concurso y no pude estar más contenta. Tengo que seguir y leerlos todos, todos.
Muchos besos.
¡Sí! Vas a disfrutarlo mucho, ya verás. Yo creo que en el próximo me subiré a una estación de tren, que de la mano de Mónica seguro que es un buen viaje 😉
Un beso.
Madre mía, iba a empezar por Mónica Gutiérrez, pero, después de leer ese último texto sobre los mejillones y demás especies extinguidas en un Parque Natural, me has dejado alucinada, es que precisamente en un sitio así… no tenía ni idea. Flipo. Vamos, que me llevo el título apuntado.
Y volviendo a Gutiérrez, La librería del señor Livingstone sigue en mi lista, pero no me da la vida y el dinero XD Así que este, de momento, nada.
Y en cuanto a Tamara, de ella tengo una antología de relatos de mujeres al que le tengo muchas ganas, ya que el tema poesía me tira más para atrás, la verdad. Eso sí, el título me encanta.
¡Un saludo!
No dejes pasar La librería del señor Livingstone, es un libro delicioso: te hace sentir muy bien, sus personajes son geniales, está lleno de citas literarias, es… precioso. Me quedaría a vivir en esa librería 🙂
En cuanto al de Brysson, sí, yo aluciné con algunas de las cosas que cuenta: increíbles, vaya.
Beso grande, Raquel.
¡Hola, bonita!
Menudas cosas tan fascinantes dices sobre mis mariposas. Sé que no es un libro para todo el mundo, sobre todo por mi lenguaje coloquial, y porque en mi poesía me paso los clasicismos por ahí abajo jajajaja, pero me encanta haber podido transmitirte bien lo que quería.
Gracias por todo, siempre <3
Jajaja Yo es que creo que soy un poco más clásica jejeje Pero me ha gustado descubrir tus mariposas y ver cómo evolucinaban.
Y reitero: has sido muy valiente.
Un beso grande, Tamara.
Hola!
Yo es que con Mónica he empezado al revés, con «La noche más oscura», el libro que publicó bajo pseudónimo y eso que siempre he tenido «El noviembre de Kate» en el punto de mira, pero oye, no sé si es que estoy esperando a acordarme de el precisamente en noviembre o que xD
No soy de poemarios, algo gracioso teniendo en cuenta que yo misma había escrito algunos en mi adolescencia xD pero por lo que cuentas es posible que el de Tamara me gustara 🙂
Y por último… vaya, me imagino el chasco que debió suponer para ti la actitud de Katz y entiendo lo que comentas de que el humor de Bill llegó a cansarte, me ha ocurrido en alguna ocasión. Suerte que por la parte final mereció la pena!
Un beso!
Pues ahora que estás romántica te recomiendo La librería del señor Livingstone si no lo has leído, y este de Kate también 🙂 Si te animas con el de Tamara, ya me contarás (así que eras una poetisa, ¿eh?). Del libro de Bill es un poco raro lo que me pasó, porque la parte que menos me gustó fue la del medio que es justo en la que Katz no está, y mira que me caía mal, pero no sé…
Besazo. Lit.