La naturaleza nos salva. La naturaleza nos cuida. Ignorarla o desconocerla solo conduce a la indolencia, al daño y a una increíble falta de respeto. Por eso, los libros que nos la descubren, que promueven nuestra empatía hacia ella, que contribuyen a que la amemos y respetemos, siempre tendrán cabida en mi blog. Hoy os acerco tres de esos libros extraordinarios.
El sonido de un caracol salvaje al comer

Un delicado y precioso ensayo, ganador del National Outdoor Book Award 2010, que ha llegado a hacerse un lugar en el campo de las humanidades médicas.
La autora, que usa el pseudónimo de Elisabeth Tova Bailey, queda postrada en cama a causa de un patógeno desconocido y de la toma de un fármaco experimental. Su vida monótona, solitaria, restringida a la posición horizontal (ni siquiera puede sentarse sin que eso le suponga un esfuerzo agotador), llena de incertidumbre y, sobre todo, de tiempo, cambia cuando una amiga decide llevarle una maceta de violetas que contiene un pequeño residente: un caracol.
En El sonido de un caracol salvaje al comer, Elisabeth nos relata sus más profundos sentimientos, así como las experiencias que vive junto al caracol. Nos confiesa, con sinceridad, dulzura y humor, cómo compartir su vida con ese pequeño animal, que en un principio puede parecer soso y aburrido, le permite encontrar un universo que pasa desapercibido para los humanos, bípedos que viven atrapados en la inmediatez y la total falta de tiempo; ella, por el contrario, es capaz de quedarse embelesada observando al gasterópodo durante horas, descubriendo la vida del molusco, pero, también, la suya propia. Establece así una estrecha unión de respeto con el animal: alaba su inteligencia, admira su evolución, respeta su individualidad (tan diferente a la nuestra, mamífera), se horroriza al leer sobre las granjas de caracoles…
La edición es preciosa y las citas que abren cada capítulo difícilmente podrían estar mejor elegidas. Destacan para mí las de Edward O. Wilson y los haikus del poeta japonés Kobayashi Issa. Es una lectura delicada, deliciosa, reflexiva, de respeto a lo vivo, a la naturaleza, a lo que es diferente y nos enriquece, pero también es una lectura sobre la enfermedad, la soledad y la resiliencia.
Una obra repleta de una sensibilidad que no suelo hallar fuera de la literatura conocida como nature writing. Uno de los mejores libros que he leído nunca.

Aves que veo en invierno
Este libro es una maravilla. Hay libros en los que te puedes perder entre sus letras, pero hay otros en los que, además, te puedes perder entre sus colores, y eso solo se puede calificar como maravilloso.

Lars Jonsson, el autor, es un artista y naturalista que ha ilustrado, a lo largo de su carrera, varias guías de campo. En este precioso libro nos ofrece una guía, pero muy peculiar. Creada con un concepto más libre y hermoso, no es, de ninguna manera, una guía de campo para llevar en la mochila, sino para disfrutarla y embelesarse con ella en nuestro rincón favorito. No solo hay más libertad artística en sus páginas, sino también descriptiva, por ejemplo, con la inclusión de anécdotas e historias propias, lo que convierte el texto en algo más que en una descripción de los principales caracteres por los que se puede identificar un ave en la naturaleza: es un homenaje de un artista a otro, un homenaje de Jonsson a las aves.

Entre las explicaciones no faltan referencias a la alimentación, el colorido (con el que, como es natural, el autor se recrea), las costumbres o el canto de las aves, ni tampoco pequeñas curiosidades, como la que a continuación os dejo referida a los arrendajos funestos:
En esta bella guía vuelan y descansan desde grandes rapaces diurnas, como el azor, hasta pequeños paseriformes, como el diminuto reyezuelo listado. Y, salvo contadas excepciones, todas esas aves pueden verse en España.
Si amáis las aves, la naturaleza, los colores o el arte, encontraréis en este libro, en las acuarelas de Lars Jonsson, una celebración de la belleza.

La vida de las abejas
Karl Von Frisch, ganador del Premio Nobel de Medicina en 1973 (junto con Konrad Lorenz y Nikolaas Tinbergen), fue el descubridor del baile de las abejas (aunque es cierto que Aristóteles ya lo había intuido), motivo por el que su nombre es bastante conocido.
En este libro, fácil de leer y en el que se nota la pasión del etólogo por estos pequeños insectos (sin los cuales la agricultura no sería posible, ya que son los grandes polinizadores de la mayoría de nuestros cultivos), Frisch nos cuenta, por ejemplo, el motivo por el que las abejas construyen las celdas del panal con forma hexagonal, cómo ven los colores y cuál es la importancia de estos en los pétalos de las flores, o cómo se comunican, unas a otras, la existencia de un rico botín de néctar mediante sus danzas.
Es tan apasionante lo que cuenta que solo puedo invitaros a descubrirlo. Además, ¿quién no iba a querer saber cómo recolectan tan eficazmente las abejas el polen y el néctar, cómo se comunican entre ellas o, incluso, cómo las flores se comunican con estos insectos? Interesante es una palabra demasiado trivial para definirlo. No somos conscientes del trabajo y la belleza que nos acompaña, y así es difícil que el primero y la segunda hallen respeto o protección bajo el paraguas de la humanidad.

Y, ante este logro que nos cuenta Frisch, me pregunto el motivo por el cual no veneramos a las abejas igual que a dioses, y me sorprendo del hecho de que haya gente que en vez de llenar su huerto de tréboles lo haga de insecticidas que las aniquilan…
Es una pena que en la actualidad el libro esté descatalogado. Afortunadamente, tenemos las bibliotecas, y también las librerías de viejo.

Solo lo que se ama lo que se conoce, pero primero hay que querer amar.
Nota: La imagen de cabecera de esta entrada, tomada de Pixabay, es un trepador azul.
Hola guapísima, me encanta que nos traigas libros sobre naturaleza (que sé que es tu pasión) de los tres creo que si me decidiera por uno leería el de las abejas, pero no te lo aseguro. Me alegro de que haya gente como tú que sigo cuidando y respetando nuestro planeta.
Un besazo
P.D. el otro día me acordé de ti porque empecé a leer a Valancy Stirling, una pobrecilla a la que su madre, entre otras cosas, no le deja leer novelas y por tanto se dedica a leer libros de un autor, (no sé si inventado o real) que habla sobre la naturaleza….
Espero la reseña de ese libro 🙂
A ver si tienes suerte y encuentras el libro de las abejas en la biblioteca 😉
Me alegra saber que la entrada te ha gustado 🙂
Un beso.
Hola,
no me veo leyendo ninguno de los tres. Me alegra que tú sí los puedas disfrutar.
Un beso, guapa
El primero creo que te iba a gustar, no lo descartes 😉
Un beso.
¡Hola, Anabel!
Ideal este post para mí. Parece que estamos sincronizadas mentalmente pues hemos estado leyendo libros que son compatibles entre ellos. Acabo de leer ‘La vuelta al mundo en 80 plantas’ del que estoy haciendo la reseña. Estoy segura que te gustará porque eres una gran amante de los animales y de la naturaleza como yo.
De los tres que propones voy a echar un vistazo a ‘La vida de las abejas’. Es un mundo que me fascina y gracias a mi cabezonería hoy tenemos panales y miel natural en casa. ;))
Te mando un beso muy fuerte.
¡Pues vaya coincidencia! Sí que es sincronización 🙂
Espero la reseña del libro de las plantas 😉
Espero que puedas encontrar en la biblioteca o en alguna librería el libro de las abejas.
Un beso.
Huy, el de las abejas apuntadísimo queda. Me gustan mucho los libros sobre naturaleza, pero yo soy más de plantas, propiedades, aceites esenciales y cosas así. Pero estos que nos traes son una maravilla también.
Un beso fuerte y feliz semana, Anabel.
Espero que disfrutes del libro de las abejas, cuesta encontrarlo, eso sí.
Un beso.
Me alegra que los hayas disfrutado tanto, aunque en esta ocasión no me animo, que no es lo que suelo leer.
Besotes!!!!
Quizás en el futuro.
Un beso, Margari.
Qué interesante, la verdad es que mi estantería también tiene naturaleza, sobre todo salvaje.
Besos 💋💋💋
Me alegra saber eso, Trotera 🙂
Un beso.
El de los pájaros lo tengo apuntado desde que vi en twitter que lo estabas leyendo y me parece una preciosidad. Los otros interesantes también, pero de ese me he enamorado.
Un beso
Espero que te guste y que te enamores de cada acuarela 🙂
Un beso.
Como amante de la naturaleza que soy, me ha encantado el post, Anabel (no conocía la etiqueta nature writing).
Me apunto tus recomendaciones 🙂
¡Un abrazo!
Conociéndote, creo que todos pueden gustarte. Ya me contarás si te animas con alguno 🙂
Un beso.
Hola.
Menudos libros más bonitos, y necesarios, no respetamos la naturaleza, nosotros en nuestra tierra no echamos pesticidas ni nada, ya ves que tenemos hasta camaleones, familias enteras que están en peligro de extinción, y sé que estos libros le encantarían a mi pequeño lector.
Muchos besos.
¡Camaleones! ¡Qué preciosidad!
Espero que si os animáis a descubrir alguno de estos libros, os guste el viaje 🙂
Un beso.
Hola Anabel!! Me interesan mucho estos tres títulos, podrían ser muy buena elección lectora para mí ahora. Me anoto tus impresiones lectoras. ¡Fantástica reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
Estoy segura de que los tres te gustarán. Espero que puedas hacerle hueco a alguno 🙂
Un beso.
No conocía ninguno de los tres, pero leyéndote hablar de ellos contagias tu entusiasmo, dan ganas de leerlos. Ojalá hubiera más gente como sus autores, personas concienciadas con el microcosmos tan apasionante y necesario que nos rodea, siempre en un precario equilibrio por culpa nuestra.
Un beso 😉
Tres libros preciosos. Si te animas con alguno de ellos, pásate y cuéntame 🙂
Un beso.
Hola Anabel!
Me ver estos libros por aquí pues se cuanto los disfrutas. Por mi parte no son mi tipo de lectura, pero admito que el del caracol me ha dado mucha curiosidad… al final nunca me animo porque me da miedo dejarlo a medias, pero algún día tendré que lanzarme a la aventura!
Un beso!
El del caracol es muy bonito, me encantó, uno de los mejores libros que he leído, sobre todo ahora que me tira mucho el nature writing.
Si te animas, ya me contarás 😉
Besos.
Pues tras ver tu recomendación de «El sonido de un caracol salvaje al comer» no me ha quedado más remedio que venir a leer la reseña. Creo que es justo para mí, muchas gracias por el descubrimiento. Y el de los pájaros en invierno es una belleza. Besos.
Espero que te guste El sonido del caracol…, a mí me llegó al corazón. Si te animas con el de las aves, seguro que te gusta también 🙂
Un beso, Mónica.