He llegado a esta lectura gracias al reto Serendipia Recomienda de la escritora Mónica Gutiérrez y a la propuesta del blog Las inquilinas de Netherfield.
Argumento
Una mano tendida nos presenta a Maisie y Josh Evans, una pareja que se dedica a acoger a ancianas sin familia para cuidarlas en los años finales de su vida. La última anciana a la que tendieron una mano fue la “tía” Flo. Cuando esta muere, viajan a Italia de vacaciones y allí se encuentran con Cynthia Fingal, una mujer de casi ochenta años con pequeños achaques de salud y una sobrina política, Lena Kemp, que no la aguanta. Definitivamente, Cynthia es la próxima inquilina perfecta para los Evans.

El horror de la indefensión
Muchos lectores dicen que no encajarían esta novela bajo la etiqueta de horror, pero, personalmente, creo que se podría decir que Una mano tendida se mueve en el terreno del horror psicológico y que gran parte de este radica en el desamparo que denuncia y en lo real que tal denuncia resulta. Celia Dale publicó este libro en 1966, pero la situación de soledad e indefensión de los ancianos es igual en la actualidad.
Además, Maisie y Josh resultan aterradores en su frialdad: sin llegar a ser crueles de forma física van ejerciendo su dominio sobre Cynthia de una manera tan cruda, tan calculada, que da escalofríos saber que esa anciana ni tiene a quién pedir ayuda ni podría pedirla aunque tuviera a alguien.
En la edición que he leído, el prólogo de Jenn Ashworth dice que ninguno de los personajes (a excepción una bondadosa joven que ofrece un necesario contrapunto) es agradable en esta novela y que ahí reside parte de su grandeza. Estoy de acuerdo, pero no absolutamente de acuerdo: para mí Cynthia es solo una anciana, que puede que sea quejica, pesada, anticuada y gruñona, pero es que está sola y no tiene a nadie con quien hablar ni a quien abrazar. Cynthia no puede ser juzgada, no merecer serlo.
Para terminar…
El final puede resultar abrupto, aunque para mí es perfecto: no niego que pueda ser brusco, pero es tan poético que no puede ser mejor.
Como punto negativo solo puedo señalar que, en algún momento, pese a sus pocas páginas, la historia puede hacerse un poco pesada; quizá como relato largo, en vez de como novela corta, hubiera sido más ágil, pero es un pero pequeño y personal.
Hola guapñisima, pues supongo que lo vería en la lista del reto, pero la verdad me da tanta pena solo pensarlo que creo que no podría ponerme con él.
Un besazo
Hola, Nitocris:
A mí me daba mucho coraje. No te insisto para que lo leas.
Beso grande.
Parece interesante y con mucho que decir. Lo anoto para un futuro. Un beso.
Creo que podría gustarte, Lady. Si te animas, ya me contarás qué te pareció 🙂
Un beso.
A mí es un tema que me parece terrorífico, el nivel de abandono al que llegan personas sin descendencia (yo mimo me puedo ver así en un futuro lejano), que de algún modo ya no pertenecen al tiempo actual, pues la vida y la sociedad cambian mucho. Y es terrorífico precisamente por eso que dices, por lo real que es. Algo que se repite sea la época que sea.
Un beso 😉
Sí, es terrorífico, y tener descendencia, o familia, puede dar igual. Las personas ancianas pueden estar recluidas en una situación de abuso doméstico incluso con sus familiares. En el libro da mucho coraje.
Un beso, Ray.
A mí este tema me afecta mucho. Tanta soledad, tanto abandono… Toda tu vida luchando para acabar así. No sé si me animaría con su lectura. Lo iba a pasar mal.
Besotes!!!
Mientras leía me daba mucho coraje ver lo bien planeado que estaba todo. Y el personaje masculino es… puaj… No te insisto para que lo leas.
Beso grande, Margari.
Hola Anabel!! Me has picado mucho la curiosidad por este título que desconocía por completo, me lo llevo bien apuntado. Da gusto siempre leerte. ¡Estupenda reseña! Besos!!
¡Muchas gracias, Ana!
Me alegra habértelo descubierto 🙂
Un beso grande.
Hola, Anabel.
Yo también creo que sería un tipo de terror psicológico, cualquier situación de desamparo y de indefensión puede ser terrible. Creo que aparte me parece una historia triste.
No me terminan de convencer los finales abruptos. Me da la sensación de que el autor se cansa de escribir y dice, hala, se acabó.
Besotes
La verdad es que es un poco abrupto, pero en mi opinión no desmejora la historia y le da un final poético que es perfecto. Pero si no lo ves claro, a por otro, que hay muchos pendientes 🙂
Beso grande, Norah.