He vuelto a las letras de Mónica Gutiérrez, y es que sus novelas se han convertido en un lugar acogedor donde ir cuando necesito una sonrisa y un poquito de calorcito. Además, no me digáis que la portada no es preciosa.
Argumento
Abril trabaja en el sector de la publicidad, o más bien trabajaba, porque cometió un fallo garrafal (mandó la información de una campaña publicitaria a la competencia) que no solo le ha supuesto el despido, sino también una posible demanda. En este momento difícil, con el ánimo por los suelos, su abuela le aconseja que vaya a pasar un tiempo al pequeño pueblo del Pirineo catalán llamado Trevillés y le pide que le haga el favor de cuidar de su casa. Así, en Trevillés, entre la paz, la tranquilidad y unas antiguas vasijas, Abril hará cosas que no creía que haría: ser bibliotecaria, formar parte de un club de tejido, acariciar “un lobo” y, quizás, encontrar el amor. Puede que en ese lugar hasta llegue a perdonarse.

Cuando nos equivocamos
La lectura es siempre algo personal, y, para mí, hay dos temas importantes en la novela: la literatura y, sobre todo, el autoperdón. Porque este libro nos habla de seguir adelante, pero no cuando la vida nos es hostil y navegamos por tempestades externas, sino cuando nos hemos equivocado y nos hemos metido en un torbellino nosotros mimos; cuando el sentimiento de culpabilidad puede devorarnos y la tristeza y el remordimiento pueden dejarnos tumbados, sin fuerzas y mascando las consecuencias de nuestro error. El club de lectura para corazones despistados nos dice que lo más sabio, lo más sano, es asumir los errores, hacerles frente, arreglar las cosas lo mejor que podamos sin culparnos y continuar. Sí, nos equivocamos, no somos perfectos, pero algo bueno puede llegar a nuestra vida si lo dejamos.
Una novela muy literaria
Es cierto que en todas las obras de Mónica Gutiérrez la literatura es importante y que las continuas referencias y guiños literarios logran que la lectora empedernida (o el lector empedernido) disfrute de la emoción de encontrarlos como quien encuentra un huevo de Pascua. De esa misma manera, aquí hallamos referencias (a veces de forma expresa y otras veces de forma velada) a grandes obras de la literatura como Harry Potter o Narnia, entre muchas otras.
Pero en esta novela la literatura cobra, si cabe, un lugar más predominante. No es ya un huevo de Pascua que encontrar, es, casi diría, la Pascua en sí. De este modo, no solo hay pequeños guiños , sino extensos comentarios literarios sobre cuestiones tales como el Drácula de Stoker, o la escritura de Kipling; y también reflexiones literarias de otra naturaleza, por ejemplo, acerca de lo que nos gusta usar expresiones extranjeras en la literatura, como feelgood y cozy en vez de confortable o acogedor. (Ay, ay, con lo que me gusta usar feelgood).
Pero lo más importante en esta Pascua es, como nos recuerda la autora, saber que la literatura puede ser sanadora, que tiene poder sobre las heridas de la mente.
Los rayitos de sol de Mónica
Y todo esto, por supuesto, en una lectura que, como los fans de Mónica Gutiérrez sabemos, está llena de esperanza; que lejos de ser una historia gris de mezquindad y miseria moral es una lectura llena de rayitos de sol. Una lectura que te vuelve a reconciliar con el mundo y a recordar que la amabilidad entres seres humanos existe.
Otro rayito de sol especial de Mónica en esta novela es que hay un perrito. Aunque no tiene tanto protagonismo como me hubiera gustado (siempre necesito más de perritos 😊), es el rayito más bonito de todos, jejeje.

Un libro perfecto para…
… leer en invierno o en verano, siempre que necesitemos un poco de paz y recordar cuánto amamos los libros. Porque a veces el mundo es una locura dolorosa y es preciso que nos hagan ver que existen otra clase de locuras, locuras amables y calmantes para el espíritu.
Hola guapísima, este libro lo leí en 2023 y lo recuerdo con cariño a pesar de que… ay no recuerdo al perro, jeje…
Como dices las novelas de Mónica son pequeños rayo de sol para darte esperanza en momentos de bajón, o para disfrutarlos también en momentos de felicidad.
un besazo