Si alguien nos preguntara el título de una historia no contemporánea de vampiros seguramente el primero que se nos vendría a la mente sería Drácula, la novela de Bram Stoker publicada en el año 1897 (de hecho, creo que es muy probable que fuera el primer título en que pensáramos aunque nos dejara incluir títulos más modernos). Sin embargo, esta obra, a pesar de su indudable influencia en la figura del vampiro, no fue la primera. Anteriores a ella son otras publicaciones como El vampiro, de J. W. Polidori (1819), Vampirismo, de E. T. A. Hoffman (1821), o Carmilla, de Sheridan Le Fanu (1872). Y, también, La muerte enamorada, de Theophilé Gautier, publicada en el año 1836.
En este relato encontramos una de las vampiras más famosas de la literatura, aquella en la que sin duda se inspiró Le Fanu para su inmortal Carmilla: la bella y seductora Clarimonde.
La historia está narrada en primera persona por el monje Romuald, que a la edad de sesenta y seis años le confiesa a otro monje (que permanece anónimo) su amor eterno y prohibido por una bella mujer. Aquello ocurrió cuando Romuald era un joven novicio a punto de tomar los votos. En aquel momento, una hermosa joven a la que jamás había visto apareció en la iglesia y le suplicó que abandonara a su dios y huyera con ella, pero Romuald siguió adelante con la ceremonia y acabó tomando los hábitos. Antes de marcharse de la iglesia, la mujer le hizo llegar al recién ordenado sacerdote una tarjeta con su nombre: Clarimonde. Romuald pensó que aquella sería la última vez que la vería, pero se equivocaba…
De día, yo era un sacerdote del Señor, casto, dedicado a la oración y a las cosas santas; de noche, en cuanto cerraba los ojos, me convertía en un joven caballero, buen conocedor de mujeres, perros y caballos, jugador, bebedor y blasfemos; y, cuando al rayar el alba despertaba, me parecía, por el contrario, que me dormía y que soñaba ser sacerdote.
La obra tiene tres personajes principales, que son casi los únicos que aparecen:
-Romuald: un viejo sacerdote que rememora su juventud, cuando conoció el tormento de tener el alma divida entre el deseo de servir a Dios y el deseo de amar a la mujer más seductora que se pueda imaginar.
-Clarimonde: una bella mujer, súcubo o vampiro, de seductora naturaleza, que le pide a Romuald que rechace su religión para ser libre y estar con ella; un ser sobrenatural, cuya existencia quizá resulte grotesca a la mente y al espíritu, pero ¿por ello ha de carecer de la capacidad de amar?
-Sérapion: un monje protector de Romuald que intenta librarlo del hechizo en el que ha caído.
Cada uno de estos personajes representa un aspecto de la vida: Romuald es el hombre que se debate entre lo espiritual y lo mundano, entre la virtud y el pecado; Clarimonde es el goce, el pecado y la tentación, incluso la negación de las leyes naturales de la vida y la muerte; Sérapion, por su parte, representa el poder de Dios, el bien, la pureza del alma que rechaza los goces terrenales.
El más complejo y atractivo de los tres es Clarimonde. Por un lado puede representar (representa, de hecho) la mujer fatal, la tentadora Eva que causa la perdición de Adán; es el pecado encarnado.
Pero hay dualidad en su concepción, pues parece que (al menos a su modo), ama a Romuald. Y, en realidad, ella no le pide a su enamorado más de lo que le pide Dios a ese joven sacerdote: que abandone todo para unirse a ella. Clarimonde le ofrece alegría y un mundo de felicidad mientras que la otra vida, la que le ofrece Dios, es triste, gris, envuelta en mortajas y carencias. Así pues, ¿Clarimonde es un súcubo que condena o una dulce tentación que libera?
Aunque el tema principal del relato es la eterna lucha del Bien y el Mal (y, concretamente, el robo, por parte del Mal, de un alma pura y casta al Bien), todo en él es un enfrentamiento de contrarios: la vida de la noche y la del día; lo mundano y lo espiritual; el sueño y la vigilia, que se confunden hasta el punto de no ser posible distinguir cuál es real y cuál una alucinación febril…
En cuanto a los elementos del vampirismo clásico presentes, si bien es cierto que contiene el principal de ellos (la sangre como fuente de vida), y otros más secundarios como pueden ser el magnetismo que despliega a su alrededor el ser maldito o el poder del agua bendita, también es cierto que carece de otros, como los colmillos o el poder purificador del sol.
Sin mucho más que añadir, por mi parte, os invitaría a leer esta historia de amor y perdición, y a que descubráis lo que vivió Romuald; tan intenso que nunca podrá olvidarlo; tan intenso que siempre dudará si se trató o no un sueño; tan intenso que siempre se preguntará si su elección no fue en realidad la elección de la terrible condena de una vida sin amor.
Esta ha sido mi propuesta para Lecturas junto al fuego durante los meses de Febrero y Marzo, todavía estáis a tiempo de participar. Aunque es posible encontrar La muerte enamorada publicada de forma independiente, lo más habitual suele ser que se encuentre entre antologías dedicadas a los cuentos de terror o vampiros.
Hola Anabel!
Pues yo seré rara porque siempre que me hablan de vampiros el primer libro que acude a mi cabeza es «Carmilla», no sé bien por qué…
No lo he leído aún en parte porque no he podido hacerme con él y en parte porque estoy muy dispersa últimamente, así que realmente no sé si terminaré leyéndolo pronto o apuntándolo en ese listado infinito que son mis pendientes… (aún no he leído tu relato después de comprar la revista, así de mal estoy ^^’). Lo que cuentas me gusta así que me encantaría poder darle una oportunidad, pero… si es que últimamente de verdad que estoy que no estoy.
Un beso!
Ay, menos mal, creía que habías leído mi relato y que no te había gustado…
Los relatos clásicos de vampiros son los mejores, desde mi punto de vista que es -por supuesto- muy personal. Espero que para el próximo que me traiga de este estilo, te animes 😉
Besos.
Tiene algo que me atrae. Tomo nota de tu recomendación. Un beso.
Espero que lo disfrutes, Lady Aliena.
Un beso.
De todos los antecedentes de Drácula que mencionas solo he leído Carmilla, una edición preciosa de Lacombe con lo que ganó muchísimo aunque me hubiera gustado igual la historia.
Me apunto esta para cuando me apetezca algo de terror clásico.
Besos
Ah, los libros ilustrados por Lacombe son una preciosidad… Se disfrutan el doble.
Espero que la disfrutes. Ya me contarás si te animas 😉
Besos.
Es una obra maestra del género, un imprescindible ???
Estas obras del siglo diecinueve qué tendrán que nos vuelven locas XD
Besos.
Con esas citas compartidas, seguro que no pasa inadvertida para los lectores junto al fuego.
Un abrazo, bonita.
Y van muy bien con San Valentín, ¿a que sí? jejeje
Besos.
Hola suena bastante interesante espero poderlo conseguir me intriga la historia. Saludos
En alguna antología seguro que lo encuentras. Ya me contarás si te gusta al final.
Besos.
¡Hola!
Lo primero, estaré atenta a la lectura de abril-mayo, a ver si no la he leído y me apunto.
En cuanto al relato, como ya te dije, lo disfruté hace años, así que tampoco lo recordaba mucho. Vamos, que me ha venido bien leerte XD
Me ha gustado, sobre todo, el párrafo en el que hablas del bien y del mal, pero haciendo hincapié en que realmente tanto el monje que representa a Dios como Clarimonde le piden lo mismo, como que no se ve tan mal la parte de ella, quien, a pesar de su naturaleza, puede amar a su manera. Que por la época es evidente que el autor te quiere llevar a la dualidad de lo bueno y lo malo (con el tufillo de moraleja), pero mola ir más allá y no pensar automáticamente que ella, por ser un súcubo, ya es lo peor.
En fin, no me voy a enrollar XD
¡Un saludoo!
La verdad es que en el relato noto cierta crítica a la Iglesia e incluso a la sociedad. El relato contiene más de lo que parece.
A ver si nos vemos en la próxima Lectura junto al fuego 😉
Besos.
¡Hola! ^^
Si puedo encontrar el relato suelto no me importaría leerlo.
Un beso!
A ver si lo encuentras, busca en las antologías… y disfruta de la lectura 🙂
Besos.
Hola, Anabel.
Me ha parecido muy interesante historia de amor y perdición que nos traes. Al ser un relato me lo apunto porque ahora estoy con muuuchas novelas pendientes. Pero me ha parecido interesante tu reseña.
Mil besos. Muac
Jajaja tienes que hacer sitio para esta y para algunas otras 😉
Besos y disfruta del relato, yo leo Novela.
Drácula me encantó y de las que mencionas al inicio sólo he leído Carmilla. Esta la verdad es que ni sabía de su existencia, apuntadísima queda.
Un beso!
Creo que te gustará. Apúntala y para cuando tengas un ratito será perfecta.
Besos, Lesincele.
Hola.
Pues la verdad es que con esta pedazo de reseña tan especial me has abierto la curiosidad, Me ha encantado la curiosidad de saber que Drácula no es la primera novela de vampiros y que ésta se publicó incluso antes, no tenía ni idea.
Muchos besos.
Si no has leído Carmilla, también te la recomiendo. No dejes pasar ninguna de las dos 🙂
Beso grande, Rubí.
No me importaría leerlo, aunque no es una lectura a la que le diese prioridad sobre otras. Tal vez si viniese dentro de una antología me resultaría más apetecible en su conjunto.
Un beso 😉
A mí me gustó mucho, así que te lo recomendarís. Normalmente viene en antología 😉
Besos.
Hola Anabel!! Me encantan las historia góticas y he tenido mis momentos de lectura vampírica, me lo llevo bien anotado. ¡Fantástica reseña ! Besos!!
Uy, este me pega un montón con tus gustos, creo que sería una historia que disfrutarías mucho. Suele estar recogida dentro de antologías de terror. Si la lees, no se te olvides de decirme qué te pareció 🙂
Beso grande.