C. A. Smith fue un escritor estadounidense (1893-1961) recordado, sobre todo, por su amistad con Lovecraft y por ser uno de los integrantes del llamado Círculo de Lovecraft, pero que en la actualidad está siendo reivindicado por sus propios méritos literarios.
Smith fue un artista de los pies a la cabeza y cultivó no solo la narrativa, sino también la poesía, la pintura y la escultura. De hecho, pretendió ganarse la vida como poeta, aunque pronto comprendió que era casi imposible subsistir de esa forma. Alentado por Lovecraft, comenzó a escribir cuentos de fantasía, terror y ciencia ficción y a enviarlos a revistas pulp, y, junto con el mismo Lovecraft y Robert E. Howard (creador de Conan), Smith acabó siendo el más importante colaborador de la revista Weird Tales.
Hiperbórea, y otros mundos perdidos
La mayoría de los relatos de esta antología, Hiperbórea, y otros mundos perdidos, prologada por Jesús Palacios, pertenecen al denominado ciclo de Hiperbórea, pero Valdemar ha recogido también los tres relatos pertenecientes al ciclo de Marte (Aihai) y otros dos que conforman el ciclo de Xiccarph.
Si bien las historias son variadas (algunas juegan con el absurdo y el surrealismo, otras son profundamente aterradoras y gores, otras son picarescas…), la mayoría comparten determinados rasgos. La prosa es ornamentada y las descripciones prolijas y ricas. La ambientación es siempre lo más importante (más que los personajes) y sobresaliente: imaginativa, diferente, exótica. Los protagonistas, siempre hombres, no son, a diferencia de los de Lovecraft y Robert E. Howard, intelectuales al borde de la locura o bárbaros con espada, sino pícaros, hechiceros o villanos. No hay héroes, y, si alguien se acerca a la figura de héroe, el desenlace no es en ningún caso heroico. De las historias se desprende nihilismo y decadencia; al final todo se pierde, nada se salva.
Muchos de los relatos destilan horror cósmico, pero con la impronta de Smith: sus dioses son grotescos, sin grandeza ni en su forma ni en su motivación.
Hiperbórea
En este volumen encontramos los cuentos del autor dedicados al mundo prehistórico de Hiperbórea. Estos relatos están ambientados en lo que parece ser una era anterior a la nuestra (como lo podría ser la Tierra Media): un periodo donde convivían humanos y dioses antiguos primigenios; donde había hechiceros, pícaros ladrones y sacerdotes de cultos olvidados. Pero es un mundo en desaparición, un mundo que sucumbe bajo una glaciación extrema (un hielo que ―nos propondrán algunos relatos― quizá no sea del todo natural, del todo inanimado). Historias decadentes en un mundo decante.
Aunque la ambientación predominante de Hiperbórea nos lleva a pensar en las tierras de Conan, algunos relatos emanan tal exotismo que, si me hubieran dicho que formaban parte de Las mil y una noches, me lo hubiera creído.
Los personajes son algo pasivos (el más pasivo, sin duda, el hombre de Los siete geases), porque, como mencioné, lo primordial es la ambientación, en este caso, la tierra de Hiperbórea. Las historias son independientes, sin continuidad, como cortos grabados en ese mundo decadente, y, a pesar de que algunos personajes aparecen en varios relatos, no se indaga en su psique.
Los cuentos son de una oscura fantasía, pícara y sin final feliz, con un humor algo perverso en ocasiones.
Mis relatos favoritos son los dos protagonizados por Satampra Zeiros: La historia de Satampra Zeiros y El robo de los treinta y nueve cinturones, aunque la verdad es que los disfruté todos; el que menos, Los siete geases, uno de los más alabados del autor, pero que se me acabó haciendo repetitivo.

Marte y Xiccarph
En cuanto a las historias de Marte (llamado aquí Aihai), estas resultan bastante lovecraftianas y, si bien para muchos lectores son de las más destacables, la única que me ha dejado asombrada ha sido la última, Las criptas de Yoh-Vombis, que parece el germen de la película de Alien; solo por eso merece la pena acercarse a ella.
Sobre las dos historias de Xiccarph os diré que están entres mis favoritas. El protagonista es un villano y se ambientan en un exótico sistema planetario. Los títulos son de lo más invitadores: El laberinto de Maal Dweb y Las mujeres flor.

Resumiendo…
Unos cuentos muy variados en los que no abunda la acción, ni los giros, por lo que, si prefieres historias veloces, puede que no los disfrutes tanto como yo; pero, si te deleitas con la imaginación exuberante o con los finales inciertos, paseando por tierras lejanas con pícaros ladrones, buscando tesoros perdidos o practicando arqueología extraterrestre, si disfrutas de la prosa barroca y de la atmósfera de la fantasía oscura, C. A. S. será uno de tus mejores anfitriones.
Hola guapísima, pues mira te voy a sorprender… ya que me estás incitando al «lado oscuro» te voy a decir que igual me lo pienso… a lo mejor algún día te sorprendo con una reseña sobre esta obra, jeje…
Un besazo
La verdad es que sí me has sorprendido, y mucho jajaja De todas formas, conociendo tus gustos, te diría que le echaras un vistazo, a lo mejor en la biblioteca, no sé si irá mucho con tus gustos, pero a veces salir fuera de la zona de confort nos da una alegría 🙂
Un beso grande.
No sé, no sé. Esta vez me dejas con la duda. Por un lado, hay algo que me dice que no es para mí. Pero luego te veo que lo has disfrutado tanto que me pica la curiosidad. No sé, no sé…
Besote!!!
Me parece recordar que no te gustaba demasiado Lovecraft, quizá este autor tampoco te guste mucho. Déjalo al final de la lista de pendientes, por si un día te sientes aventurera jajaja
Besazo.
Hola, Anabel.
No me veo con esto. Demasiado denso, tanta descripción y demasiado fantástico también para mí. Me encanta el terror pero cuando acaba más o menos bien, sufrir y que al final nada se salve no me gusta mucho. Creo que lo dejo pasar.
Besos
No, no creo que te encaje. Te veo más con En el bosque, bajo los cerezos en flor 🙂
Un beso grande.
Hola siempre me sorprenden tus entradas. En este caso ni la obra ni al autor lo conocía. Los libros de relatos no son lo mío pero ya veremos, chao
Ni el autor ni su obra son muy conocidos en España. Si te gusta Lovecraft y la fantasía oscura creo que puedes disfrutar de sus relatos, si no… bueno, siempre puedes probar en un momento en que te sientas exploradora 😉
Un beso, No solo leo.
Ahora que lo mencionas, lo de Hiperbórea no sé por qué me recordó mucho al mundo atemporal de Conan, creo que alguna vez me pareció que lo nombraban. Este podría gustarme, más la parte de fantasía oscura que la de ciencia ficción. Me encantó la reseña, contagias las ganas de querer leerlo.
Un beso 😉
Hola, Ray:
Hiperbórea es como una mezcla entre las historias de Conan y Lovecraft, si te gustan ambas seguro que disfrutas del libro, aunque tengo la idea de que Lovecraft no te gustaba mucho; si es así, no sabría qué decirte.
Ya me contarás si te animas 😉
Un beso.
Hola Anabel!! Es muy interesante tu propuesta lectora y me atrae mucho lo que nos cuentas sobre este título. Tomo nota, además, la portada es preciosa. ¡Estupenda reseña y gracias por tu recomendación! Besos!!
A mí también me encanta la portada 🙂 Espero que te guste tanto como a mí si al final te animas con él.
Un beso, Ana.